Desatascar un wáter es una tarea que, aunque poco agradable, tenemos que llevar adelante de vez en cuando si queremos que las instalaciones de casa funcionen de la mejor forma posible. Lo cierto es que no hace falta tener grandes conocimientos para lograr buenos resultados, y si no nos crees, sólo tienes que seguir algunos de los consejos y técnicas que vamos a enseñarte a continuación.
Lo primero es saber si el wáter está atascado, y es la parte más sencilla, ya que si cuando tiramos de la cadena, el agua no fluye como debería, tenemos un serio indicio de estar sufriendo este inconveniente, así que mejor actuar cuanto antes, claro.
El primer truco que vamos a enseñarte tiene que ver con desatascar el wáter con una fregona, que de hecho es una de las primeras alternativas en las que piensa todo el mundo. Lo que tienes que hacer es crear lo que se conoce como efecto de vacío. Si tienes una fregona habrás ahorrado bastante tiempo, aunque es necesario disponer de una sin agujeros.
Sólo tienes que introducirla en el hueco del inodoro, hasta tapar el conducto en su totalidad. La mueves hacia arriba y abajo sin despegarla en ningún momento, de la misma forma en la que utilizaríamos un desatascador, por ejemplo. Con algunos movimientos realizados, deberíamos comenzar a notar que el atasco cede.
Si no tienes buenos resultados con este procedimiento, vamos a recomendarte en segunda instancia que llenes la bañera o el lavabo con agua caliente, tomando cerca de un litro para arrojarla luego en el cubo del wáter. Esperas aproximadamente 5 minutos hasta que la grasa se remueva, y repites el proceso una o dos veces más.
El detergente es otra opción que muchos usuarios consideran. En este caso en especial, debemos decir que sólo tienes que echar unos chorros de detergente para vajillas en la taza del wáter, y luego cerca de un litro de agua caliente para que haga efecto. Dejas reposar aproximadamente durante media hora, y luego tiras de la cadena a ver si el problema se ha terminado.
La lejía es otro método sobre el que los clientes suelen preguntarnos. Se trata de un método también que muchas veces ofrece una solución definitiva. En efecto, lo recomendamos para cuando las opciones anteriores no han terminado de funcionarte. Tienes que vertir cerca de medio litro de lejía en la taza del wáter, y luego una taza de jabón en polvo. Luego abres la válvula, tiras de la cadena, y el atasco debería haber desaparecido para siempre.
Y si nada de lo anterior ha resultado, vamos al método más invasivo pero también al que muchas veces ayuda a deshacernos de estos inconvenientes sin tener que llamar a un especialista en la materia. Se trata del clásico uso de un alambre o una percha. Lo fundamental es que una de sus puntas tenga ciertos dobleces para poder arrastrar la suciedad y deshacer el atasco. Por eso es importante que la parte que tomamos tenga una buena longitud.